La provincia de Santa Fe y particularmente la ciudad de Rosario, atravesó los primeros meses de pandemia con Ãndices de contagios muy bajos por ser una de las principales localidades del paÃs. Esto permitió ganar tiempo para reforzar el sistema de salud. Por entonces, el intendente Pablo Javkin no desaprovechaba oportunidad para contar en los medios las medidas tendientes a amortiguar el impacto de la enfermedad.
De hecho, el primer dÃa en que abrieron los bancos durante la cuarentena dura para que los jubilados puedan cobrar, las calles céntricas se desbordaron y hubo muchÃsimo amontonamiento en las puertas de las entidades bancarias. Al ver tal escenario con la población de mayor riesgo, el intendente salió, megáfono en mano, a pedirles que se respete el distanciamiento social.
Superado ese inconveniente, la situación permitió que Rosario vaya escalando en las fases hasta llegar a la quinta a mediados de junio con casi todas las actividades liberadas respetando los protocolos de distanciamiento e higiene. Sin embargo, el incremento de la movilidad empezó a acelerar la cantidad de positivos de forma escalonada hasta hace 15 dÃas, cuando la curva de contagio se disparó de 5 mil al doble.
Los números encendieron las alarmas en los gabinetes sanitarios que relevaron una ocupación del 80 por ciento de las camas de terapia intensiva cuando recién asoma el pico y según la proyección de los especialistas que asesoran al gobernador, con este ritmo, en tres semanas se cuadruplicarÃan los casos comprometiendo la infraestructura y los recursos humanos médicos.
En consecuencia, este viernes el gobernador Omar Perotti anunciarÃa un retroceso en las fases de aislamiento junto al ministro de Salud nacional Ginés González GarcÃa, donde prácticamente se volverÃa a permitir solamente las actividades esenciales para evitar el colapso del sistema sanitario.
[Perotti quiere acordar con la oposición la inminente vuelta a la cuarentena dura]
El problema que quiere evitar el gobernador es que suceda algo parecido a lo que ocurrió la semana pasada cuando limitó la circulación hasta las 19 horas que detonó una manifestación de dueños de bares y restaurantes en contra de la medida donde se coreó "que se vayan todos" y Perotti fue blanco de los insultos.
Es que curiosamente, el intendente Pablo Javkin fue el gran ausente al momento de informarse el decreto firmado por el gobernador que con la reducción horaria para Rosario cuando hasta entonces, las medidas eran anunciadas en conjunto.
Según fuentes de la Municipalidad de Rosario, Pablo Javkin decidió ir bajando el perfil a medida que los casos positivos de coronavirus se iban multiplicando y hace varias semanas que no hace una aparición pública sobre la pandemia y delegó en su secretario de Salud, Leonardo Caruana, y segundas lÃneas la información oficial.
La estrategia a la que apunta Javkin tiene como finalidad amortiguar el impacto polÃtico negativo que puede acarrear el desborde del sistema de salud y del cual ningún dirigente está exento en circunstancias tan extraordinarias como las que se viven en el mundo.
Desde la Casa Gris, afirmaron a LPO que la situación no da lugar para ningún tipo de especulación electoral ni de sobreactuación aunque reconocieron cierto malestar por la actitud de Javkin. En las redes, las crÃticas son mucho más despiadadas.
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existe algo peor a un turro,,,,,,,y es un turro imbecil,
pensar q saldran sin ser incinerados d un colapso sanitario, con cadeveres para todos y todas, esparcidos x dokier, es propio d los altos turros imbeciles,
no tendran retorno, sabiendo la sociedad q esa pila d cadaveres se podrian haber evitado con una sola d sus firmas restringiendo actividades no esenciales,
piensan q sus rivales en campaña van a perder la oportunidad d cargarle la montaña d cadaveres x haber permitido el colapso?.